El espíritu de la venganza, un demonio indestructible que atraviesa el tiempo. Kierkegaard ha señalado que lo terrible no es morir, menos aún si se admite, desde cualquier credo, una vida más allá de lo terrenal. Lo terrible, nos dice, es la angustia de morir la muerte una y otra vez, morir sin poder morir, abismarse en la desesperación donde cada instante nos proyecta hacia un dolor infinito. Ese es el signo de Izo, un ronin salido de una anterior película de Miike donde termina crucificado, pero su naturaleza de odio no acaba nunca y éste continúa enfrentándose y asesinando a todo tipo de personas en diferentes épocas de la historia japonesa. Herido siempre hasta el límite de la muerte, su suplicio es vencer y tener que seguir su camino de destrucción.
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miike tiene algo con eso de las situaciones de búsqueda de un obejeto actancial que siempre se corre un poco más lejos en el horizonte y que sólo al final del film se desenlaza y satisface de una forma inesperda, así como el deseo de uan relación sexual desalienadora en Visitor Q, gracias a la intervención del visitante se desenlaza en la leche materna.
ResponderEliminarmás allá de lo superficial que es lo chocante y aberrante en este director, creo que es profundísimo, de l más interesante en cuanto a temáticas que he visto.